Gira España 2019

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Gira España 2019

Queridos amigos, llevamos una semana ensayando. Hace una semana me encontraba cantando con un cuarteto, volví a mi primer instrumento, que es el piano eléctrico. En la gira anterior cantaba, vestido con traje, caminando en el escenario como un cantor de tangos, pero tocar un instrumento (uno que me resulta  familiar, quizás ancestral) es otra historia, es juntarse a tocar, no ser ya un cantante, ser parte activa de un grupo de músicos que también cantan. Afortunadamente, el que tuvo retuvo .. No tocaba en un FR desde el año 1984 (!!) y estoy encantado. Uso la versión mas compacta del piano, con 54 teclas, uno de los últimos que se fabricaron en los primeros años ochenta. Enchufado en un amplificador (como corresponde). El buen órgano -como el piano eléctrico- están amplificados en el escenario, como las guitarras y el bajo.  Ya puestos, voy a seguir armando el arsenal con teclados de reserva y accesorios. No siempre podemos viajar con los fierros mas pesados, en Argentina debería tener el equipo duplicado, puedo sumar sonido además del piano. En seis días empezamos la gira, hoy hicimos un ensayo de todo el repertorio o casi todo, creo que mañana es domingo y descansamos de ensayos. Antes de ensayar teníamos un repertorio previsto, hace un par de semanas (o tres) pensé en otra serie de canciones para no repetir todo lo que venimos tocando últimamente (en la última década o dos) y ahora cuajamos el repertorio para el piano, no voy a soltar en Rhodes nunca mas (bromas aparte) .. Hace unos años un teclado de Roland me malogró un dedo (de la mano derecha), un teclado muy  pesado. Pero tengo dedos de sobra, tampoco los uso todos (son diez), con el 54 estoy mas que cómodo. También voy a llevar mi guitarra con amplificador (La Tele y el Matchless) y una guitarra acústica muy interesante, una Martin antigua que compramos en Los Angeles, en el único día libre que nos dio la grabación de “Cargar la Suerte”. Me quedé dos días mas para ver boxeo en el Staples Center, mientras la guitarra viajaba a Madrid para su manutención e instalación de un micrófono (no invasor). Que (las guitarras) me hagan compañía en el escenario, tiempo al tiempo (en las pruebas de sonido y los hoteles) iremos agregando canciones “para guitarras”, pero para las guitarras necesito práctica, es el teclado mi bicicleta (nunca se olvida). Hay muy buenas sensaciones en el ensayo, llevarlas al escenario … está en manos del oficio (y del destino), de la oportunidad inexplicable, en la interpretación. Una cosa en ensayar y otra es interpretar, cierto es que no noto la diferencia. Decir que estoy recordando las canciones, algunas nunca las canté en recitales, las tocamos por primera vez … Por primeras sesenta veces. En los ensayos lo damos todo, terminamos el día hechos cachos, de noche no puedo ni hablar. Algunas canciones tienen treinta años, son jóvenes todavía. De noche escribo versos, el proyecto de escribir específicamente para cada ciudad (de este tramo de la gira), terminó en todo un estudio (y aprendizaje) de las reglas académicas del verso. Ocurre que, mientras no estamos dando conciertos, no toco instrumentos, entonces el idilio con la música me fulmina como a un adolescente enamorado. En vivo la responsabilidad es mucha, ya no tocamos en las fiestas patronales (para un público embriagado en la ingesta de cerveza o licores), tocamos en teatros de categoría y en festivales con figuras internacionales, la segunda fecha es en el Liceo de Barcelona, el equivalente al Teatro Colón (en Buenos Aires) o al Teatro Real (de Madrid), la ópera. Es mi temporada número 28 en España, Enrique Ponce (el torero) me supera por una o dos (temporadas), para el fueron mil toros … Para nosotros, las cornadas (peores cornadas da el hambre) y los triunfos. Se puede comparar este oficio con el de los toreros, la diferencia es que (los maestros) torean con toros diferentes cada tarde. La ventaja del músico es repetir con los mismos músicos cada recital y mejorarnos. La puesta en escena es el triunfo, un recital tibio nos dejaría con malo sabor de boca. Como un taxista, tenemos que elegir el mejor camino para llevar al pasajero (los pasajeros) en el destino preciso, exactamente adonde quieren llegar. No son los tablados del espiritismo flamenco, donde un destello te rompe la camisa. Ni el toreo a la Verónica de Morante de la Puebla. Nosotros tenemos que cuajar triunfos siempre. El respetable no solamente pagó la entrada, algunos llevan tiempo (años) esperando escuchar estas canciones en un concierto, trabajan duro y ahorran para pagar el boleto. Lo sabemos pero estamos embutidos (!) en nuestra responsabilidad, como volantes de fórmula atentos a no fundir el motor ni quemar neumáticos a destiempo. Esta tarde ensayamos casi todo lo que tenemos disponible, algunas canciones suenan mejor que nunca. Y mas importante aún, ruedan. El Rock rueda … es la traducción buena. Hay que hacerlo rodar. Y somos fieles al mandato “ancestral” del Rock n Roll, que se toca como el Blues, el flamenco y el jazz, siempre diferente, siempre como si fuera (esta noche) la primera vez.
Andrés Calamaro