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“Eran las nueve y cuarto de la mañana de un viernes y me seguían llegando por correo “ridículos” (pero bastante buenos) cd de reggae que había pedido en un buen momento de “pedo de porros” (poco frecuente) y viendo algo por televisión. Ya no recuerdo que estábamos viendo tranquilamente en la cama, pero habíamos fumado y todo me resultaba esplendido, fue entonces cuando escuche dos buenas cosas de reggae y decidí encargarme una serie de recopilaciones del genero jamaiquino. Me seguían llegando mis encargos y dudo que los fuera a escuchar realmente, pero también me traían (hasta la puerta) buenísimos discos de jazz la mayoría de los cuales si pensaba escuchar bastante, o toda la vida. También seguía leyendo y comprando las novelas francesas, y acababa de escribir un texto bastante pasable sobre mis sensaciones frente a las próximas elecciones generales. Eran las nueve y … veinte de la mañana y estaba pensando en tomar una dosis de echinacea y en formatear mi horario para comprar comestibles, por cierto había olvidado de descongelar comida para hoy, y estar en mi domicilio para recibir por correo otra novela; un libro para llevarme de vacaciones aunque vivía en permanentes vacaciones no por eso libre de preocupaciones, algunas exageradas y otras justificadas”.

“No se que hace la manada de adolescentes fuera del colegio, todos juntos a las diez y media de la mañana pero algunos se dividen por etnias, quizás la mayoría. Volviendo de comprar el periódico me cruzo primero con los africanos, un grupo de tres de pie bajo el sol tibio de la mañana. No están demasiado juntos mas bien separados por tres metros formando un triangulo, alguno se apoya en la pared, están bien vestidos con ropa deportiva. Mas adelante un grupo grande hace fila para comprar porquerías dulces que van a comerse; sigo caminando hacia la tienda de alimentación Sánchez, afuera están los asiáticos, un grupo de orientales y una pareja de indios o hindúes. Dentro de la tienda de alimentos, lo que nosotros conocemos como almacén, los adolescentes (todos de mi estatura o mas corpulentos, todos abrigados con ropa en buen estado, algunos fumando y otros dando voces) se piden los bocadillos, media barra de pan apenas rellena con tocino y queso, tortilla o similar fiambre económico, compran tabacos de a unidad. Yo pienso que si siguen a este ritmo es probable que terminen con sobrepeso o enfermos, pero entiendo el deseo de salir y respirar, fumarse un tabaco, comer un bocata o hacerlo todo junto”.