Quiero vale Cuatro

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Quiero vale Cuatro

Riggan y Fernando: Quiero vale cuatro.

RR: ¿Somos ecológicos?
FCH: Sin dudas.
RR: ¿Compasivos con los animales?
FCH: Afirmativo.
RR: Aun así… carnívoros.
FCH: Aun así.
RR: Somos tiernos con los animales …
FCH: Seguro.
RR: ¿Capaces de fotografiarnos con perros y gatos en situaciones tiernas?
FCH: Por supuesto que si.
RR: ¿Somos intelectuales?
FCH: A nuestra manera … Tampoco lo contrario.
RR: Digamos que no cumplimos con el rol de universitarios o académicos.
FCH: No del todo, tampoco engañamos a nadie.
RR: Somos hijos de la realidad virtual.
FCH: Generacionalmente, no.
RR: Aunque, hoy en día, la realidad virtual ya debería considerarse una realidad o una versión de la realidad.
FCH: El reino de las sombras, en donde una foto truculenta, acompañada por un texto corto pero malintencionado, forma miles de opiniones en serie.
RR: ¿Criticarías un libro por la portada, sin haberlo leído?
FCH: De ninguna manera.
RR: ¿Comemos carne por necesidad alimentaria, o por el placer de saborear un buen plato “omnívoro” y bien preparado?
FCH: Sin dudas somos hedonistas epicúreos, intentamos comer para celebrar el buen gusto, literalmente. Aunque también reaccionamos a los impulsos del hambre dudo que lleguemos a sentirnos francamente hambrientos y esperamos con alegría la ingesta de alimentos elaborados por artistas (artesanos) de la gastronomía. Por lo general celebramos las comilonas para disfrutar de los sabores y de la compañía, vale la pena comer contentos siempre que se pueda.
RR: Fernando, me temo que las opiniones seriales y aborregadas son mayoría en los foros virtuales. No se en la vida real.
FCH: Todos repiten las mismas frases como autómatas hinchados de razón, sin molestarse en formar opiniones propias, sin beber de las fuentes …
RR: Sin razonar mas allá del contenidos manipulados por autenticas sectas de modos autoritarios pero superficiales.
FCH: Nadie tiene una opinión propia, entonces nadie tiene una verdadera opinión.
RR: El valor de la palabra.
FCH: Ciertamente.
RR: ¿Por qué publicamos fotos de toreros?
FCH: Por la estética que encierran, porque son visiones distintas de las que ofrecen la fotografía taurina tradicional. Las nuestras enfocan en detalles, son retratos en acción pero reflejan la estética y la elegancia, lo que bien podría llamarse arte o liturgia.
RR: Si no estuvieras autorizado para llamarlo arte o tradición, ni cultura …
FCH: La lidia, el toreo. Liturgia porque supone códigos formales y se celebra dentro de ciertos parámetros establecidos por la forma de hacer bien las cosas. Se celebra una corrida como se celebra una misa, dentro de unas ciertas condiciones estrictas pero impredecibles. Y aquello que no responda a los mandamientos incluso sutiles será desaprobado con silencio o rechazo por los aficionados.
RR: La tauromaquia es ecológicamente sostenible…
FCH: Sin dudas.
RR: Sustenta una ganadería ejemplar y natural.
FCH: Afirmativo. Es una delicia verla y conocerla.
RR: Toro y torero se enfrentan en igualdad de condiciones.
FCH: De ninguna manera, el torero esta indefenso frente a un rival que le supera en diez veces su peso, con un equilibrio de fuerza y un armamento peligrosísimo para una persona apenas vestida y con el engaño; el capote o la muleta.
RR: Incluso el estoque es simulado durante dos tercios de una corrida de toros.
FCH: Los picadores sangran al toro para que la presión arterial no infarte al toro en una constante de hipertensión, los movimientos del jinete picador son medidos por el matador y por el publico que amonesta y protesta cualquier exceso de castigo.
RR: Un toro sin fuerzas es mas peligroso porque no embiste con la cara metida en la muleta, se queda quieto en medio de la carrera, se desenfoca y resulta un peligro para la integridad del torero y la concepción de la lidia.
FCH: Un toro que no ve bien es una “ruleta rusa”. Sin fuerza y sin la visión intacta peligra la vida del torero y la calidad de la faena.
RR: ¿Que pueden hacer los toreros para evitar riesgos?
FCH: Leyendas urbanas dicen que las grandes figuras eligen a los encastes, ciertos hierros …
RR: Que evitan ganaderías mas peligrosas. Aun así el peligro es constante. Es una polémica interna entre taurómacos puristas y aficionados que reclaman, así, el precio que pagaron por la entrada.
FCH: Son informaciones sutiles, solo al alcance de los entendidos. Tampoco afectan al toreo en general, lo demuestra la cantidad de percances graves que terminan en la enfermería y el quirófano.
RR: Jamás escuche a un abolicionista argumentar así.
FCH: Ciertamente no, se trata de los eternos debates entre los sectores críticos, es algo interno de los aficionados y críticos.
RR: Argumentan los colectivos anti taurinos que es injusto que los subalternos le quiten el toro de encima al torero indefenso …
FCH: Es escandaloso pensar eso o decirlo sin pensar, sin haber pensado nunca. Y desear el mal al prójimo es imperdonable en el contexto de la inquisitorial puritana inclusive. Es el opuesto a la piedad o a cualquier tipo de compasión o bondad, sadismo sin argumentos. Un buen animalista debería avergonzarse leyendo el grueso de las cosas que leemos a diario.
RR: Además el torero esta indefenso y herido, pero pensando en ponerse de pie y volver a la cara del toro, si puede sostenerse sin que le lleven a la enfermería. Un torero soporta el dolor de las heridas y se queda a terminar con la faena. Es heroico.
FCH: Algunos vuelven a torear con heridas frescas, una semana después de ser gravemente lastimados ya están en el ruedo. Incluso con cuarenta grapas sosteniendo una herida reciente.
RR: Al toro no lo frenas ni con un calibre 45 … Es una bestia de 600 kilos que puede romperte “como un cuchillo caliente rompe a un pan de mantequilla”.
FCH: El torero es heroico y los abolicionistas son miserables, desinformados, ingenuos, infantiles y equivocados a fuerza de saturarse de fotos truculentas con frases cortas (porque no toleran leer mucho mas) y una patética necesidad de pertenecer a una corriente moral jamás contrastada. Son filosóficamente imperdonables.
RR: Últimamente están demostrando que así es.
FCH: Curiosamente la masa de abolicionistas se comporta como un colectivo energúmeno ridículo, sin razón ni raciocinio. Jamás vieron una corrida de toros.
RR: Ver una sola corrida de toros para opinar es como ver un solo cuadro y pretender argumentar sobre arte plástico. Pero ni se molestaron en ilustrarse, en ver de que se trata, no perdieron un minuto en conocer aquello que dicen rechazar con furia.
FCH: Es como escuchar un disco de Jazz una sola vez y gritar a los cuatro vientos que “no es música, que es basura”.
RR: Un monumento a la intolerancia.
FCH: Un atentado a la libertad y al respeto.
RR: Oh, tesoros colectivos sagrados.
FCH: Caramba.
RR: Caramba.