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Víctor Sánchez Rincones>Latino
Andrés Calamaro es historia, arrogancia y poder. Su santidad Calamaro cuestiona e impone las reglas. A él nadie le reprime su carácter y sus escarceos con aquellos elementos que te llevan a las nubes o al infierno. Calamaro es todo en uno: sabiduría, genio y, por encima de todo, estrella.

Sus apariciones, sus movimientos, su forma de armar las frases, muchas veces extendidas y sin fin, te describen a un personaje que sabe que su fuerza está en su personalidad. Es un poeta urbano, soberbio, demoledor, que habla de lo divino y lo malo. Te lleva por descripciones pictóricas o literarias que asombran al más apático. Calamaro es la sombra de una verdad construida con sonidos y que ahora se resume en una compilación de discos que el argentino lanza sin pudor y sin contemplación.

En una rueda de prensa realizada en Madrid, Calamaro habló de su arte y de una vida plagada de éxitos que nunca termina. En su antología musical, Calamaro se muestra fiel a sus doctrinas artísticas y describe este nuevo resumen musical como emblemático. “Todo el contenido de este recopilatorio es mi versión más auténtica y espero haber elegido aquello que revela mis virtudes y no mis defectos, porque al ser humano hay que recordarlo por lo mejor y no por lo peor que hicimos”, resaltaba, mientras divagaba entre frases y bebía sorbos de agua.

Las preguntas vienen y van, y Calamaro las enfrenta con tal gallardía que muchos no le pierden la mirada, aunque se esconda detrás de unas gafas oscuras y un sombrero de vaquero. Y es que Calamaro es certero en sus afirmaciones; aunque las preguntas sean débiles y vacías, él las llena de sabiduría y poderío. Es un boxeador a la hora de responder. Siempre tiene a la mano un golpe en la mandíbula que maravilla hasta a los propios adversarios. Un ejemplo: “Yo soy un músico incompleto por donde se me quiera mirar. Esos espacios vacíos que nos faltan es lo que nos hace extraordinarios o imbéciles”.

Sobre su peculiar comportamiento en las entrevistas dice que no quiere ser una caricatura progresista con treinta años de retraso. “Es tan fácil decir lo que a la gente le gusta escuchar. Yo me resisto a la vulgaridad de lo políticamente correcto. Al mismo tiempo confieso que no soy un buen elemento para entrevistas en la tele. Me gusta el arte de la conversación, pero como práctica intransferible”.

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Andrés Calamaro: “Siento una excitante tranquilidad”

El 21 de este mes sale una caja de seis CDs. y dos DVDs con un total de 109 canciones (54 inéditas). El monumental lanzamiento comprende la década que va de 1997 a 2007, y tiene grandes momentos musicales. Volvió el Salmón.

Por: Mariano del Mazo

Lo hizo de nuevo. A nueve años de ese gesto claustrofóbico, tóxico, incontinente, audaz y por momentos genial que fue El salmón, Andrés Calamaro volvió a elegir un formato extra large para celebrar sus diez años de solista post Rodríguez. Es el período que va de Alta suciedad (1997) a La lengua popular (2007), dos discos orgánicos, con buena producción y, si cabe la palabra, comerciales. Entre estos extremos, Calamaro hizo de todo: abarcó decenas de géneros musicales, colaboró con otros artistas, interpretó covers extraños, grabó cintas tenebrosas y también luminosas, experimentó con sonidos, jugó, no paró de grabar y penduló entre su traje de elegante rock star hispano-argentino y las prolíficas cabalgatas de noches sin días de lo que él llamó -llama- Deep Camboya.

Todo eso define la antología titulada Andrés. Obras incompletas. En una caja de seis CDs. y dos DVDs. se reparten 109 canciones (54 inéditas) y casi cuatro horas de clips, imágenes de conciertos, entrevistas y apariciones en televisión, más un libro con comentarios de cada una de las canciones.

Con un arte inspirado -a cargo de Zona de Obras-, una iconografía soviet, buena información, la caja trae apuntes de testigos de las grabaciones y ponderaciones varias, a veces un tanto desmesuradas. Mientras Calamaro recorre España (estará tocando en Barcelona, Salamanca, San Sebastián; cierra en Madrid), acepta una entrevista con una condición: por mail. Se lo lee exultante.

¿Cómo surgió la idea de semejante compilado?
Ya había intentado proyectos parecidos. Hace cinco años teníamos casi terminada una antología de inéditos, demos, rarezas y música para el cine. Y cada año consideraba la posibilidad de un disco de recopilación de éxitos y “mejores grabaciones”; la fantasía de revelar mis aventuras “ineditóxicas” o “camboyanas” es casi un asunto de “interés público” en Internet. Y el año pasado sentí que era el momento de hacer un balance porque habían pasado diez años exactos entre la grabación de Alta Suciedad y La lengua popular. Me gustan los números redondos: diez años después de Paloma, le abro la jaula a ver si resulta mensajera.

¿Cómo funciona el ego en esta clase de emprendimientos? Es todo autocelebratorio.
El ego por suerte funciona bien. Esta dosis de estima es importante. Cuando grabé estas cosas yo era un muchacho de 35 años… se supone que tenía que mostrar un nivel alto. Y ahora me escuché bien, incluso al lado de los verdaderos genios de la música.

¿Te costó indagar en esos materiales?
Menos de lo que pensaba. Fue intenso pero divertido. Tenía bastantes cosas clasificadas, y otras que ni recordaba que existían. Pero no fue incómodo, todo lo contrario: fue como encontrarse con antiguos amigotes y reírse de las salvajadas de antaño.
En estos diez años, Calamaro pasó de una situación de rockero intenso y errante (lo que él llama “bohemia”) a formar una familia con la actriz Julieta Cardinali (con quien tuvo una hija, Charo). El músico es celoso con su intimidad y ha sabido mantener al margen situaciones personales y privadas. Le pregunto si es raro meterse con canciones escritas en el medio de rutinas viciosas, cuando el presente es tal vez antagónico. “La música es medicinal. Me reí recordando esa ´entrega suicida´, esa pasión puesta en grabaciones íntimas que ni siquiera estaban pensadas como parte de un disco. Como dicen los Vox Dei: Es el presente el momento en que estás. Además diez años de grabaciones es mucho, incluso siendo la mitad de la nada gardeliana (veinte años no es…)”.

¿De dónde viene el arte símil ruso?
El contenedor es inspirado en la estética soviética leninista, el trigo imperial enmarca los íconos del box. También hay textos escritos en ruso; estrellas rojas y estrellas de David, conviven con el capitán que sigue buscando a Moby Dick, con ángeles “play mobil”. Hay mucho contenido gráfico, gracias al talento plural de Zona de Obras.

Además hiciste una canción titulada “El manifiesto común”… ¿Coqueteás con el comunismo, sos comunista, es pura estética, o qué?
El track se llama El manifiesto común y aparenta ser la abreviatura de El manifiesto comunista, de Karl Marx, pero es un experimento con el lenguaje, son palabras sueltas que no forman nunca una oración completa. Yo nunca leí El Capital pero para mí, como para cualquiera, las ideas de los grandes pensadores del siglo 19 son importantes, y Marx derivó la discusión metafísica en una preocupación social. No soy un militante, pero debemos inspirarnos en el pensamiento.

Las preguntas y respuestas son flechas transatlánticas que mantienen buen ritmo. Más que el delay del diálogo, la desventaja del mail es la dificultad de advertir sutilezas de tono, ironías; la ventaja, cierto rigor de la palabra escrita. Calamaro gusta mostrar sus dotes de escritor amateur y, también, de lector. La curiosidad es uno de los móviles de su obra y en ese sentido su pulso es periodístico: conoce de muchos temas pero a un vuelo bastante rasante: Carver, Marx y Kirchner conviven con Gardel y David Lee Roth. Dispara un largo discurso político sobre la crisis en Europa y en España en particular: “Todo está presidido por el economicismo empresarial, en las antípodas de Mayo del 68… El fin de las ideologías no dio resultados óptimos a largo plazo y te confieso que también podría ser ácido con la progresía y sus clichés. El mundo de hoy es tan injusto como el de la semana pasada”.

¿Te considerás de izquierda?
Sí. No seré marxista, pero menos me gusta el mundo que tenemos. Y me río de los que dicen que no podés ser de izquierda y tener una vida agradable. Son los típicos comentarios de blogger y de “fachobook.” La gente ya ni lee los diarios pero opina de todo y se informan de la nada, alguna bola que ven pasar, lo que leen en un blog o en los medios de “incomunicación” garcas, los mismos que nos vendieron los tirabuzones más trágicos de nuestra historia. Ahora cualquiera que tenga un gen K está “contaminado”, así sea Mario Pergolini o Hebe de Bonafini : ¡Es el mundo al revés!

¿Qué pensás de la reaparición de Charly García?
Supongo que no va a quedarse así para siempre. Sinceramente creo que debería darte una opinión profesional que no puedo darte, tendrías que consultar con un psiquiatra, aparentemente está promediando un tratamiento bastante químico. Yo conocí muchos casos de rehabilitación, algunos inestables, algunos exitosos… Unir las partes rotas (del gran espejo interior) en ocho meses… es imposible. Le mando un mensaje de afecto.
(Andrés Calamaro corrigió esta sencilla respuesta tres veces. Después pidió que por favor el título de la nota no fuera con el tema Charly García. Y que puntualmente en este fragmento de la entrevista no se corrigiera ni una coma. Tal es el cuidado que Calamaro tiene con todo lo que rodea a García y a su ya antigua pelea con él).
Discurre sobre Diego Maradona en la Selección (el 10 es uno de los protagonistas del disco 6: canta, y bien, El día que me quieras) y dice: “Nuestra amistad sigue intacta y la distancia es un caudal de eternidad. Cada uno libró sus propias batallas. Yo no puedo opinar de fútbol, el que sabe es Diego. Creo que está haciendo lo que todos querían que hiciera: tener un juego atacante y generoso. Pero no es lo mismo tener un equipo como el Milan, todos los días, que juntar a los players distribuidos por todo el mundo, cada tres meses…”

¿La llevás a tu hija a las giras?
Algunas giras tienen calendarios vertiginosos, viajes y cambios de hoteles, demasiado “rock ´n´roll bullshit” para los tiempo de la niña, que ya es una preadolescente de dos años, ¡que da ordenes ! Pero si viajo por una temporada y puedo quedarme en un lugar fijo, entonces vamos todos… ¡y parecemos Los Cadillacs en miniatura!
Se ríe por mail Calamaro. Y sigue escribiendo: “Siento una excitante tranquilidad. Esta música estaba guardada en los archivos de nuestra propia historia indecente. Conviven en esta caja talentos extraordinarios y el mío, que es ordinario, pero lo supe aprovechar bien”.

“Andrés”: el aljibe que sigue rindiendo

La obra de Andrés Calamaro es como un aljibe: nunca se sabe qué hay allá abajo. Entre paredes de musgo puede salir agua limpia o turbia, pero siempre hay algo. En tiempos en que los melómanos contemplan con melancolía los últimos años del soporte digital, Calamaro vuelve a hurgar en ese pozo para insistir en la decisión de sacar más y más discos como una hemorragia imparable. Monumental, Andrés está a la mitad de camino entre un compilado de grandes éxitos, sus Grabaciones encontradas y El salmón. Los primeros tres discos ofrecen mayormente una selección hitera de los álbumes editados entre 1997 y 2007. No hay novedades sustanciales. La cosa se pone picante después.

CD 4: Después de Bachicha, el festivo corte de difusión, destaca un descarte de Honestidad brutal, Colegio de animales, un emotivo homenaje a Pappo (No tiene perdón, ), un gallardo y viril blues (Blues de hoy) y una joyita pop dejada afuera de Alta suciedad: Perdiendo el tiempo.

CD 5: Tal vez lo más experimental de la caja, su costado más salmón, con una fuerte presencia del trompetista Jerry González. Larga con el conmocionante y confesional Hop de realidad (“en Camboya, circa 2001”, se aclara en el libro) y alcanza su pico estético con Duermen los niños, letra del cineasta y escritor David Trueba y música de Calamaro y Javier Limón. El tema integró la banda de sonido de la película Bienvenido a casa (2007).

Lo que se impone finalmente en este disco son largas sesiones de improvisación, muchas distorsiones, un espíritu lúdico y títulos logrados (que marcan el nivel de colocamiento): Rivothriller, Mono de Kubrik, Cookie Man, Uruguayo sin termo, Bruce Willis Skip, Mosaico aleccionador, La verdad congelada, New Zappa.

CD 6: Es el CD de los covers. Comienza con Desconfío grabado junto con su autor, Pappo, hacia 1999. Incluye una versión del soberbio tema de Radio Futura, Veneno en la piel, y la grabación de una gran interpretación de Un vestido y un amor, de Fito Páez, en el Auditorio Cocomarola de la ciudad de Corrientes, en 1998. Más homenaje a Pappo: un cover de ese gran tema de Napolitano que es Nunca lo sabrán. Y más: El día que me quieras con la voz de Maradona y una notable seguidilla de covers en ingles: entre otros, Always on my Mind, (clásico de Elvis), Wish you Were Here (Pink Floyd), Golden Slumbers y Helter Skelter (The Beatles) y, como track oculto, una vibrante Just a Gigolo (David Lee Roth).

Los DVDs. tienen una perla incomensurable: la versión de Imágenes paganas, de Virus, Calamaro sólo, con guitarra y armónica.

http://www.diariosigloxxi.com/texto-ep/mostrar/20090416124008