cosas que se fundan dos veces (de segundas fundaciones)

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cosas que se fundan dos veces (de segundas fundaciones)

Sr. Gama, el infalible, quiere agradecer profundamente el trato fraternal que el fundamentalismo le brindo durante todo este inolvidable fin de semana platense, asi como en los ensayos y siempre, gracias a cada uno y tambien a la multitud, a los redondos & solaristas, al respetable, por su respeto y su calor ; ya saben que son dueños de un tesoro inocente-culpable, guardianes de un secreto que solo entienden los que estan; sin palabras para agradecer cada gesto del rex porco, gracias por el privilegio de tu amistad y tu musica & letra, y por compartir la gloria de estos instantes que, son de aquellos, que siempre guardaremos en la memoria.

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Fue uno de los momentos más esperados de la noche de ayer. Cuando el Indio Solari invitó a su amigo Andrés Calamaro a subir al escenario, en el estadio Ciudad de la Plata se produjo una especie de estremecimiento colectivo. Y las 40 mil personas presentes se prepararon entonces para ser testigos de un encuentro que, dentro de algunos años, seguramente será recordado como una de las páginas más destacadas en la historia del rock argentino reciente.

Dos de las voces más características de la música popular interpretaron a dúo “Veneno paciente”, el mismo tema que habían grabado juntos en Porco Rex, el último disco de Solari. También hicieron una versión de “El Salmón”, que el ex Redondos había registrado en aquel homenaje al rock local producido por Lito Vitale. Y completaron el mini-set con “Esa estrella era mi lujo”, un clásico de Los Redondos. El público los acompañó haciendo coros y también con los celulares en alto.

Pero aquí todo se mezcla. Y mucho más cuando aparece El Inefable Sr. Alta Gama. Sí: Andrés Calamaro sube a escena y sella un encuentro histórico. Veneno paciente dice: “Me cansa tener gente alrededor”. El Salmón que supo aislarse extremando la idiosincracia histórica de Solari, se reencontró hace un tiempo con “su pueblo” y Solari parece tomar esa dirección, ya no tan difícil, pero no menos genuina. Por eso nuestro héroe del whisky comparte justo con Calamaro -la Gran Bestia Pop- El Salmón, muy festejado, y Esa estrella era mi lujo, donde el estadio explotó. Solari pidió que se repitiera la ovación estruendosa que recibió Calamaro, a quien reconoció como uno de los grandes artistas populares que deben ser defendidos. Por eso también obsequiará sobre el final de la noche esa cínica y tácita risita, esa pesadilla motorpsicótica y ese pogo más grande del mundo. Jijiji decreta el fin, pero sólo por esta noche. “La función no termina y ya el tiempo se ríe de mí/ No tengo nada mas que perdonar/ a mi esqueleto aún mortal”.

http://www.youtube.com/watch?v=viSFqED8ZAg

la opinion del marquis de fritolim :

algunas cosas se fundan y se refundan, tal es el caso de la ciudad de buenos aires, fundada primero por mendoza, primeros fundadores que fueron victimas de la antropofagia de los locales, canibalismo que, quien sabe, quedo en la genetica argentina; la segunda fue la vencida, a cargo de garay; seguramente que una fundacion, o el principio historico de algo, un lugar o un movimiento, tiene origenes complejos y plurales; volviendo sobre un asunto mas cercano, el rock en argentina fue fundados por los pioneros y hay mas de una fecha que podriamos considerar fundacional, siempre circa cuarenta años atras : los beatniks con rebelde, los gatos con la balsa, manal. La mayoria de las cosas fundamentales se fundan una sola vez, pero como no es el caso de buenos aires, el rock bien podria ser otra de estas insituciones que bien pueden tolerar refundarse, cada decada invita a especular, o dejar caer la teoria, de una “muerte” (uuuuh) del rock, asi como se anuncio, en su momento : la muerte de la historia o la muerte de las ideologias, y cada epoca, si se quiere puede tomarse como medida la decada, invita a creer en un nuevo renacimiento, un reverdecer del movimiento, claro que sin la bendicion de los nortalgicos de la primera hora, mas con la certeza de los que creen en lo que ocurre y multiplican la importancia, la profundidad, la masividad y la autenticidad, del genero rockero argentino : los, otrora frivolos, ochenta pueden verse, hoy, como un semillero de diversidad y libertad honorable, y estos tiempos que corren encuentran al rock nuestro de cada dias (al rock del pais) ocupando espacion de publicidad y, en muchos aspectos, multiplicado por mil.
Es probable, y muy posible, por intensidad, por pureza pasional y popular, por contenido musical y texto, y por el color del fuego visto y escuchado, hayamos sifo testigos de una perfectamente posible segunda fundacion del rock este (de aca) :
con el rey solari instalado en un estilo propio con contiene y enciende a las huestes sin nostalgia pero con fidelidad por el pasado y al pulso del sonido presente. La reunion de dos que esperan como el veneno, dos para esa estrella y dos contra la corriente, quizas sea el detalle de reunion y complicidad, el destello que condimente lo que ya es un rito incontestable, quizas hubiera sido suficiente con estar ahi para verlo, quizas con el tiempo le categoria historica de esta noche, la primera de dos, sea , a pesar de la resitencia de los nostalgicos de una imaria “linea fundadora” y del canibalismo, al que hicimos referencia al principio de esta parrafada, el instante, condecorado con fuego, de la segunda fundacion del rock argentino, o fuera del simbolismo de la propuesta : el dia de la historia, el dia universal del salmon, el oktubre eterno.

espectaculos

Domingo, 21 de Diciembre de 2008

OPINION
Un beso en el vidrio

Por Andrés Calamaro

Federico Moura & Virus, aunque duela escribir estas dos palabras juntas, llegaron cuando el rock nuestro más los necesitaba; esa libertad, esa mirada, la existencia misma de un carismático crooner frágil y culto, la militancia en las letras, la que defiende un modo de vida, la que lo pronuncia, cool & hot al mismo tiempo, arquitecto de su propio sonido y de su lenguaje, portador de un misterio hipnótico y dueño de un grado de sensibilidad. Federico, si mal no recuerdo, fue el productor del primer disco de Soda Stereo, se puso la campera de cuero para rockear a la tolerancia, inmediatamente después sumó electro–rock al panorama que, desde sus ojos transparentes, siempre supo leer a su manera; y están sus canciones que siguen mejorando con el tiempo, misteriosas sin esconder nada, más culto y cultura a la libertad de cultos, de consumo, de nocturnidad luminosa. Qué bien tocaban rock’n’roll, como en Vélez (en el festival del barro, Sumo, INXS & Hagen) y qué dignidad para sonar acordes a la armonía sónica de su época (que es nuestra). Me tocó verlos travestidos de futbolistas, haciendo “jueguito” en el escenario de, probablemente, el Teatro Olimpia; ensayamos “Carolina” en el backstage del festival de La Falda, teníamos un circuito parecido de personajes, y horarios porteños, nos encontrábamos frecuentemente en cumpleaños, festejos o recitales. Creo que lo vi por última vez en La Capilla, probablemente escuchando a Fricción, eso si la memoria me ayuda. Tampoco falté al primer teatro sin Federico y celebré el centenario de La Plata con Virus, una bandera de la periferia platense, justo cuando me ganaba un pleito por mentar las bondades de fumarse un joint, qué ironía. Sin dudas que Federico Moura, ese caballero artista, es uno de los ángeles que, todos los días, faltan en este panorama atiborrado de ausencia y nos vigilan, entrañables, desde todas las nubes.

http://www.youtube.com/watch?v=riYbN12Ju6E