El Incomprendido!

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El Incomprendido!

Bueno …. sin palabras -o todas las palabras- para nuestra segunda noche en el magnífico SODRE de Montevideo. Fue un concierto valiente y emocionante, no por casualidad empecé cantando “a pelo” a Ismael Rivera, el incomprendido. “Yo, creo que voy solito a estar … cuando me muera. He sido el incomprendido, ni tu ni nadie me ha querido: tal como soy” … Sobre el final del recital pensé en voz alta que no hay que esperar ganarse la lotería o irse de vacaciones, la vida no termina de la mejor de las maneras … tampoco el amor … es entonces cuando hay que darse cuenta (conciencia) que son estos pequeños grandes momentos (las pequeñas y grandes cosas, los detalles) aquello para lo que vivimos … Quizás me estaba recordando (a mi) que estas dos noche en Montevideo son los momentos que me llevo bajo la alfombra de los recuerdos .. No tengo todo y también estoy esperando que la vida me premie con algo mas, pero esta noche fue, sin lugar a dudas, un momento memorable que compartimos con Montevideo, la segunda noche de invierno, también colmada de público hasta el cuarto balcón del teatro. Fue un asado musical a fuego lento! Empezamos arropados por el silencio atento y respetuoso de una ciudad que tiene mucha historia y tradición musical (un detalle que nunca paso por alto) … Creo que canté una hora y media pero hablé media hora con mi gente celeste … Para las caras lindas de mi gente negra y blanca … Un recital sin grises que puso a cantar a todos en el último tercio del concierto, aquel dedicado a las canciones que supongo que conocen todos, aquellas que disparan recuerdos, aquellas que adivino que el respetable quiere cantar conmigo … Pero también canté concentrado, interpretando, patinando mi sinusitis crónica: la que acompaña a los varones del signo de Leo, siempre según el relato sabio y experimentado de Guillermo Vilas (que es quien me informó de la cuestión de los leoninos con los mocos que me permito escupir en el escenario con el mayor de los respetos). Si hoy fuera la última vez que canto, mi último servicio a la música, me sentiría lleno y agradecido por todo lo que la música me dio … Con semejante solemnidad, pero coloquial e inspirado, creo haber honrado las palabras del Gato Perez: “Se fuerza la maquina de noche y de día. Y el cantante con los músicos se dejan la vida” … y así es: hoy nos dejamos un pedazo de vida en el escenario y Montevideo (percatado de la profundidad de la cosa) nos respondió con categoría y un aplauso que merece recordarse por mucho tiempo … Todos de pié, con las mejores sensaciones, como emocionante marco incomparable para la segunda tocada en la hermana orilla … Casi cuando esta gira “Licencia para Cantar” termina … Que duda cabe, estamos aprovechando estos últimos cartuchos para ofrecer conciertos que, después de mas de un año girando, están maduros, equilibrados, conversados, inspirados y contemplan todas las sensaciones posibles de un recital sin la artillería de guitarras ni todo el repertorio infalible. Después de recorrer (con el trio) las regiones antes conocidas como España, las dos costas de Estados Unidos, los interiores argentinos, Buenos Aires, seis ciudades de Colombia, México, Ecuador, Perú y Chile, legamos al Uruguay en perfecta sintonía. La del trio, la del trio y el cantante, la mis compañeros que nos permiten encontrarnos con escenarios impecables y sin contratiempos, los operadores de las luces y el sonido que nos amplifican y alumbran … la de nosotros con mi gente, el mejor público que un cantante con músicos puede tener delante. Con profundidad y alevosía transitamos otra noche memorable. Nos escucharon con atención y en silencio, escucharon mis interminables párrafos en donde doy las gracias a mis mentores (y precursores) por haberme señalado el camino para llegar hasta aquí … solo y en la habitación del hotel … La soledad del hombre anticipada por los versos de Ismael Rivera, aquellos que, espontáneamente, elegir para abrir una noche que fue el tarro abierto de las esencias … Lo de esta noche quedara sellado en la memoria de los que estuvimos en el SODRE … espero que todos aquellos que nos acompañaron en el trayecto tengan estas mismas buenas sensaciones … La vida y el amor tienen luces y tienen sombras, a veces la moneda cae por el lado de la soledad y el dolor … Pero esta serie de recitales que culminan con el de estos dos días en Uruguay (antes del epílogo guaraní en Asunción) fueron de luces sin sombras … Que respeto para escucharme cantar acompañado por los tres mosqueteros en su exquisito servicio musical, para escucharme hablar con sinceridad y compartir la genealogía de mi identidad con un público que parecía saborear cada una de mis palabras que no fueron precisamente pocas … Que calidad de aplausos sostenidos para premiar la categoría musical de mis compañeros y el tan buen hacer de todos mis camaradas plurales que demostraron eficacia, oficio y corazón en toda una gira marcada por la buena convivencia y la camaradería; esperando en aeropuertos, en los largos días sin actuar y a (en) la hora de la verdad. Y la verdad es lo que pusimos todos esta noche … La purísima verdad. Nos dejamos todo y nos llevamos todo en esta invitación al insomnio y la eternidad que fue cantar para … ustedes. Muchas gracias!