La buena estrella

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La buena estrella

Gracias a quien corresponda por la estrella de Los Abuelos de La Nada en la vereda del Teatro Ópera donde ofrecimos seis conciertos que fueron nuestro epilogo y posterior disco en vivo. Me consta que Miguel estaría encantado con una estrella en la “vereda de la fama” del Ópera y en la calle Corrientes que conquistamos con aquella serie de conciertos y a pocas cuadras de la sala de ensayo donde ensayamos con Raíces hace casi cuarenta años, conmigo adolescente y gracias a la paciencia de Beto Satragni que fue mi mentor y mi amigo. La calle Corrientes (avenida) tiene mucha historia, hasta los tangos la mencionan; en mis años secundarios colegiales la recorria todas las noches desde Esmeralda hasta Callao (ida u vuelta) … Bien se puede decir que pasé parte de mi vida mirando discos, libros y revistas en Corrientes. En Corrientes tuve mis primeras experiencias primerizas, en la música, en el sexo y otras yerbas; de Corrientes nos llevaron detenidos a Toxicomanía con Beto y Pepe Luis .. A veces creo que éramos siempre los mismos los que caminábamos el recorrido “correntino” y nos cruzábamos en la esquinas … Estoy en Ecuador y espero encontrarme con Claudio que vivió ahí mismo y alguna vez me invito a cenar un pollo al horno. Con Raíces ensayábamos en la sala pegada a la de Los Redonditos que tocaban para audiencias reducidas en sótanos como el del Ex-Periscopio en donde los vi en los últimos años setenta con mi amigo Chani. Todos los fines de semana nos sentábamos en el Bar La Paz con Charlie Feeling, siempre en la misma mesa: una mesa instalada entre las dos entradas a los baños. Y siempre era Hector el camarero que nos servia los consumos. Ahora volvemos a Corrientes en forma de estrella … a tiempo para que las estrellas que nos miran desde el cielo nos contemplen en nuestro andar por América ofreciendo conciertos. Para la vida. El valor de lo simbólico. Va para nuestra estrella preferida: Miguel Abuelo. Y también para Polo que estaría encantado con los honores. Para ellos y los amigos ausentes que caminaron conmigo. Gracias a la Ciudad de Buenos Aires por hacernos parte de la vereda de la mas porteña de las avenidas.