Tico Twain … mosaico con jet lag

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Tico Twain … mosaico con jet lag

Siempre me soprende un poco Miami Bitch ; siempre cambiando hacia el emporio del real state y la ingesta alocholica ; como en SB no hace falta casi coche (car), apenas si para dejarse ver sobre un Lamborghini alquilado mostrando el dinero bien ganado con el hip hop supongo, entonces el publico se lo toma como un viaje en barco ; todos pueden dedicarse a la borrachera folklorica sin molestarse en pensar quien va a manejar (conducir) de vuelta a casa o al hotel ; el propio hotel es un party hotel, y el chill cervezal y marihuana tiene djismo desde apenas entrada la tarde …. en adelante … Siempre me soprende un poco volver a ver como cambio la playa, desde aquel paraje gayland con weekend latino y ladrones de bicicletas, hasta esta sucursal del autentico perreo dorado … personalemte me inclino por comprarme ropa y bañarme en el mar ; me inclino hasta perder la verticalidad (como corresponde) y flotar en las cristalinas y salinas aguas del caribe; me inclino hasta acostar al plastico crediticio reconvertido en pantalones y camisetas …

pido prestadas al fusil de chispas las buenisimas fotos de pablo cambronero ; acredito asi al ojo sensible y sus retratos de rock en blanco y negro ; otro dia contamos como microsoft (flor de pirata) se quedo con los derechos de autor del mundo, mientras un coro de boinas campeonas (amazing) rompia lanzas en fervor de la multinacional vampirica … mientras tanto compartimos con horror lo gratis con agradecida y gratuita gratuidad !!

http://www.nacion.com/2010-07-14/Entretenimiento/NotaPrincipal/Entretenimiento2446209.aspx

… los asistentes se mostraron emocionadísimos por ver al artista en escena.

Costarricenses se rindieron esta noche ante el talento y la energía que el músico argentino Andrés Calamaro mostró durante su primer concierto en el país …

“Llegar a costa rica de noche es como llegar a las sierras de cordoba (¿?) , porque san jose “es alto” y de noche refresca, llegar hasta el hotel y prender los leños tampoco es una situación del todo caribeña, entonces le doy leña al fuego literalmente ; tanto fuego podria incendiar tranquilamente la habitación pero no pude evitar el “trip” de hacer un buen fuego y ademas es una noche fresca … miro mi obra piromana, el fuego siempre es especial, esa materia ciertamente caliente hipnotica, crepitando con estruendo y el sub-low de tanto fuego en el tiro, en el tiraje … room service lifestyle es asi … la tentacion de encender con estrategia semejante fogata y comer camarones muy bien presentados recostados en un coco debidamente partido y lleno de salsa golf … la habitación es inexplicable : tiene una escalera que no pienso molestarme en subir y una habitación de cemento … vacia …
Y el fuego se hace respetar y parece querer decir algo … hace calor entonces, y espero que no me despierten los bomberos.”

Con temas originales y fusiones de otros clásicos del rock “El Salmón” salió a escena dos minutos antes de lo prometido. Eran las 7: 58 p.m. cuando el artista apareció acompañado por sus cuatro músicos para tocar “Stand By Me”, “ Jumping Jack Flash”, “Mi rock perdido”, “Carnaval de Brasil” y “Revolución turra”.

Con gritos de “ ¡Calamaro!, ¡Calamaro!” y aplausos interminables los presentes agradecieron canciones como “Todos se van”, “Mi gin tonic”, “Tuyo siempre” y “Mi enfermedad”.

“Se estaba por incendiar literalmente el entorno, las velas derretidas, el cristal calentandose mucho se podia quebrar rajandose de un momento a otro, el calor esta a punto de incendiar algo … mas que algo, esto podria incendiarse … tengo que controlar la situación con agua, pero el fuego sabe defenderse ; siempre queda un núcleo tan caliente que termina abriendose paso … digamos que rozamos un extreme spinal tap item hoy !”

“No encontré palabras en el diccionario para expresar mi gratitud”, aseguró Calamaro en escena al hacer referencia que sobre su primer concierto en Costa Rica y de inmediato presentó a los músicos que lo acompañaron esta noche.

(asi presento jack nicholson un grammy eterno para booobs dylan, con la parabola del diccionario y TODAS las palabras, o ninguna … )

“Muchas gracias, como siempre hacemos lo que queremos, lo que podemos y lo que sabemos” para de inmediato tocar “Todavía una canción de amor” y “Me envenenaste”, con la que se terminó de echar el lugar al bolsillo.

Para ese momento la fiesta estaba armada en el Palacio de los Deportes, fue en ese instante que Calamaro invitó al público a hacer un brindis con él mientras su banda entonaba los primeros acordes de la versión de “Te solté la rienda”, tema que él incluyó en su último disco “On The Rock”.

Tal y como lo había prometido, “El Salmón” combinó en su repertorio las canciones de su nuevo disco como “Te solté la rienda” con una buena parte de sus clásicos como “Te quiero igual”, “Alta suciedad” y “Paloma”.

A las 9: 38 p. m. Andrés Calamaro comenzó a despedirse de los ticos con un “Muchas gracias” mientras le aplaudía al público y les lanzaba besos desde el escenario.

Aunque él amenazó con marcharse, el público se resistió a dejarlo ir y el volvió para cantar tres temas más “Estadio Azteca”, “Crimenes perfectos”, “Volver” y “Flaca”.

Este tema puso punto y final al encuentro y por poco se trae el Palacio de los Deportes al suelo de tanto aplauso.

Epilogo : recital creativo, libertad en el escenario, estupendo el respetable , mucho que agradecer, jam feel groove rock ; no hubiera soñado mejor debut tico ; gracias ¡!

Mark Twain :

A nadie le gusta ser entrevistado, pero sin embargo a nadie le gusta decir que no; porque los entrevistadores son corteses y gentiles, incluso cuando vienen a destruir. No digo que vienen conscientemente a destruir o que se dan cuenta después de que han destruido; no, creo que su actitud se parece a la del ciclón que viene con la graciosa propuesta de enfriar un pueblo que está agobiado por el calor y no se da cuenta, después, de que le ha hecho cualquier cosa al pueblo, menos un favor.

El entrevistador te examina hasta el último detalle acerca de la creación, pero no concibe que uno puede ver eso como una desventaja. La gente que culpa a un ciclón lo hace porque no reflexiona acerca de que las masas compactas no son la idea que el ciclón tiene de la simetría. La gente que le encuentra culpas a un entrevistador lo hace porque no se da cuenta de que, después de todo, es un ciclón aunque disfrazado bajo la imagen de Dios, como el resto de nosotros; que no es consciente del daño incluso cuando está limpiando un continente con tus restos: piensa que te está haciendo las cosas placenteras. Por lo tanto la manera justa de juzgarlo es teniendo en cuenta sus intenciones, no su trabajo.

La entrevista no fue una invención feliz. Es quizá la más pobre de todas las maneras de llegar a lo que está dentro de un hombre. En primer lugar, el entrevistador es el reverso de la inspiración, porque uno le tiene miedo. Uno sabe por experiencia que no hay opción entre estos desastres. No importa lo que él ponga, uno verá de un solo vistazo que hubiera sido mejor si ponía esto otro: no que eso otro hubiera sido mejor que esto, sino meramente que no hubiera sido esto; y cualquier cambio debe ser, y hubiera sido, una mejora, aunque en la realidad uno sabe muy bien que no lo hubiera sido.

Puede ser que no sea claro. Si es así, es que fui claro –algo que sólo es posible de hacer siendo poco claro, porque lo que estoy tratando de demostrar es lo que uno siente en esos momentos, no lo que uno piensa–porque uno no piensa; no es una operación intelectual; es sólo dar vueltas en un confuso círculo habiendo perdido la cabeza. Uno sólo desea, de una manera tonta, no haberlo hecho, aunque no sabe realmente qué es lo que le hubiera gustado no hacer, y sobre todo no le importa. Ese no es el punto: uno simplemente desea no haberlo hecho, sea lo que sea; el qué es una cuestión de importancia menor y no tiene nada que ver con el caso. ¿Llegan a comprender lo que quiero decir? ¿Se han sentido así? Bueno, así es como uno se siente cuando ve impresa la entrevista que le hicieron.

Sí, uno le tiene miedo al entrevistador y eso no es inspirador. Uno cierra el caparazón, se pone en guardia, trata de mimetizarse perdiendo los colores; intenta ser manipulador y hablar alrededor de un asunto sin decir nada sobre él: y cuando uno ve esto impreso, le da náuseas comprobar que ha tenido éxito. Todo el tiempo, con cada nueva pregunta, uno se pone alerta para detectar hacia dónde se dirige el entrevistador y pasarle por el costado. Especialmente si uno atrapa al entrevistador intentando hacernos decir cosas graciosas. Y la verdad es que siempre trata de hacer eso. Lo demuestra tan claramente, trabaja para eso tan abierta y desvergonzadamente que su primer esfuerzo cierra la reserva de humor, y el segundo la sella.

Supongo que nada realmente gracioso se ha dicho en una entrevista desde que se inventó este intercambio sobrenatural. Sin embargo, el entrevistador debe tener algo “característico” así que él mismo inventa los humorismos y los intercala cuando escribe la entrevista. Siempre son extravagantes, con frecuencia demasiado floridos, y generalmente enmarcados en “dialecto” –un dialecto inexistente e imposible–. Este tratamiento ha destruido a más de un humorista. Pero eso no es mérito del entrevistador, porque no intentó hacerlo.

Hay cantidad de razones por las cuales la entrevista es un error. Una es que el entrevistador nunca parece darse cuenta de que lo más inteligente que puede hacer, después de haber intentado abrir esta y la otra y aquella canilla con una multitud de preguntas hasta encontrar esa que fluye libremente y con interés, es mantenerse en esa línea de interrogatorio y tratar de conseguir lo mejor de allí, y dejar de lado todo lo que ha asegurado antes. Pero no piensa en eso. Se asegura de cerrar ese manantial con una pregunta sobre algún otro tema; y enseguida su pobre pequeña oportunidad de conseguir algo que valga la pena llevarse a casa ha desaparecido, y para siempre.

Hubiera sido mejor mantenerse en el asunto que su hombre está interesado en tratar, pero nunca podrá convencerlo de hacer esto. No ve la diferencia cuando uno le entrega metal o paladas de barro. Todo es lo mismo para él, apunta todo lo que uno dijo; después ve que son cosas un poco verdes y que no valían la pena de ser dichas, así que intenta arreglarlo poniendo algo de su cosecha, que cree es maduro, pero en realidad está podrido. Cierto, tiene buenas intenciones, pero también las tiene el ciclón.

Sus interrupciones, su manera de pasear de un tópico a otro, tienen un efecto muy serio: lo dejan a uno tartamudeando ante cada tópico. En general, uno consigue expresar lo justo, lo suficiente como para dañarse; uno nunca llega al lugar donde puede explicar y justificar su posición.

Este ensayito contra la entrevista fue escrito por Twain hacia 1889 o 1890, en pleno nacimiento de la prensa amarilla, cuando él ya era una celebridad literaria que había derramado humor, agudeza, sensibilidad y mucha inteligencia en los años fundacionales de la literatura norteamericana, a quien acudían los reporteros con insistencia. Las diez páginas escritas a mano permanecieron inéditas en la Universidad de California hasta hace pocos días, cuando la Mark Twain Foundation las dio a conocer. Su notable actualidad parece el hielo en que fueron congeladas y mantenidas con vida.