Licencia Para Cantar

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Licencia Para Cantar

“Se recomienda llevarse grabados en la retina los destellos imposibles de olvidar”

Cada detalle está pensando, desde el repertorio, que cambia según el estado de ánimo del cantante y lo que le inspire el lugar, a la ambientación. Andrés Calamaro (Buenos Aires, 1961), el niño prodigio de ‘Los Abuelos de la Nada’, la pelambrera de Los Rodríguez, el cantante que recuperó los tangos, el que explora los boleros y coqueteó con la rumba, despliega su madurez en una gira intimista, acústica, que le lleva desde Estados Unidos a México, Colombia y Perú sin más inquietud que ser él mismo.

Pregunta: Debuta en San Francisco cuando se cumplen 50 años del Summer of Love, y en el Warfield…

Respuesta: Caramba, dudo que aquel ambiente del 1967 pueda repetirse, pero Haight conserva cierto encanto. Conocía el histórico The Warfield porque vine a ver a los Weather Report de Jaco Pastorius y Wayne Shorter hace ya mucho tiempo y diez años después de aquel verano de psicodelias. Me llamó la atención la población de lumpen en San Francisco, esa subclase que también se conoce como homeless o underdogs… Es imposible no encontrarse con un pirado hablando solo o gente viviendo en la calle, quiero pensar que San Francisco es un buen destino para los que ya no tienen destino.

P. Después Los Ángeles. Había banderas de Perú, le coreaban mexicanos, una chica gritaba que eran de Rosario, ¿es quizá el cantante más panlatino de todos?

R. Para aquellos que nos vienen a escuchar, siempre mi gratitud, respeto y amistad… Mi “descubrimiento de América” fue tardío, sin embargo cosechamos un interesante público de ciudadanos de toda América… En México, Colombia y Perú me quieren mucho y me reciben siempre de la mejor de las maneras. En junio vamos a tocar por cinco veces en Colombia donde ya estuvimos el año pasado. Aun así dudo que sea el artista mas “panamericano” de todos porque es imposible saberlo y complicado de suponer. Frente a los ritmos electrónicos y el concepto de conciertos de la actualidad, nos presentamos con un formato que no invita a grandes aspavientos de adrenalina. Ahora somos una burbuja acústica en un mundo que se inclina por otras tendencias.

P. Después de Estados Unidos, seguirá en México, Colombia y Perú…

R. Esta gira intenta completar las dos anteriores, una en España y la otra que hicimos en Argentina, México y Colombia, en aquella ocasión en Bogotá y Medellín. Vamos a otras ciudades en Colombia, Ecuador, el Perú, Chile, Uruguay y Paraguay. Una gira intensa para una única garganta.

La gira por Estados Unidos y América Latina.

P. La influencia de la música popular, de lo que escuchó de sus papás sin complejos. Explorando géneros y recuperando melodías.

R. En mi casa se escuchaba muy buena música, principalmente Bossa Nova, algo de Jazz, lo que conocemos como música clásica y aquellas nuevas tendencias que en mis primeros años de vida eran The Beatles, Santana y alguna otra cosa. Pero también escuchábamos el tango grande y el folklore argentino que tiene una riqueza y una dulzura muy de apreciar.

P. Y, sin embargo, España manda a Eurovisión a un candidato que queda último… y gana un portugués aparentemente anti establishment.

R. Bueno, Eurovisión amerita un cierto “consumo irónico”, nadie parece tomarse eso realmente en serio. Es lo que es, no tengo mucho más que opinar sobre este certamen que parece anclado en un tiempo y una estética que no existen.

P. Conciertos íntimos y cercanos, de conexión, y un flash… al entrar se da una postal, con un mensaje, una invitación, una petición para guardar el móvil, ¿qué nos pasa con los recuerdos?

R. Este tipo de conciertos se deteriora un poco si hay demasiadas pantallas encendidas o gente conversando. El concierto no es la ocasión ideal para disertar sobre el uso compulsivo del teléfono o la “necesidad” de capturarlo todo. Como ocurre con otras especialidades (pintura, teatro, ballet y toros) se recomienda llevarse grabada en la retina los destellos imposibles de olvidar. En nuestro caso también en los oídos.

P. La selección de músicos que le acompañan es diferente a lo habitual.

R. Conmigo viaja un nutrido grupo de compañeros que llegan de España y Argentina para ofrecer buenos conciertos. Es el trabajo de mis compañeros y de esto vivimos. En el escenario me acompañan Antonio Miguel, el superlativo contrabajo. Todo lo hace preciso y rítmico, es un lujo de músico muy solicitado en Europa. Martín Bhrun no es menos prestigioso ni solicitado, para nosotros es el compás de bolero y compás que quisimos darle a este repertorio. Finalmente el piano y su importancia en este grupo de trío sin guitarras ni batería, Germán Wiedemer “El Niño Jero” es un auténtico maestro del ébano y el marfil, nos lleva por escenarios tangueros, boleristas y jazzeros como maestría y delicia musical.

P. La tecnología ha cambiado la forma de consumo y producción de la música, ¿cómo se ha adaptado?

R. Nadie pudo adaptarse. El aparato digestivo digital telefónico cambió la cultura toda y probablemente el sector musical haya sido, de momento, de los más perjudicados. Para nosotros son casi veinte años de cambios violentos y desaparición de algo que considerábamos legado y herencia. Es incalculable suponer cuantos buenos discos dejaron de grabarse en estos últimos años o el deterioro de fuentes especializadas de trabajo relacionado con la música.

P. ¿Ha muerto el CD?

R. Es una lástima pero hace poco compré cinco originales de Miles Davies bien servidos en cómodas cajitas de cartón… Me costó la mitad que una pizza. El CD tiene muchas ventajas, ahora también unos precios irrisorios que tampoco consiguen que la música se venda y se compre.

P. Pero puedo jugar a ser Calamaro por unos minutos en mi PlayStation…

R. Sería poco interesante jugar a calentar el agua para los mates, hacer la compra de buena comida en el mercado, cocinar… Quizás lo más emocionante sería caerse conmigo de una bicicleta virtual. También podrían esperar dos horas en migraciones de cada país que visitamos, traslados interminables del aeropuerto al hotel, pedir por un buen wifi y quedarse esperando mientras escuchamos música. Para una minoría de consumidores sería interesante salir a comprar música conmigo.

P. Ahora un algoritmo decide lo que podría gustarme y lo pone en mi móvil, ¿condiciona esto nuestra educación musical, nuestra apertura de mente?

R. También consumo las plataformas de música a la carta y las encuentro francamente interesantes, mis algoritmos eligen mucho hip hop de vanguardia. No está nada mal pero siempre prefiero elegirme un disco para escuchar en mi brutal sistema de sonido.

P. En San Francisco el público le dio un porro. Durante años fue polémico por incluir en una canción que se fumaba uno en un parque. Ahora en varios estados de USA es legal, en América Latina hay más y más voces que piden abrir el debate. ¿Qué opina?

R. Hace cuarenta años que vivo en un mundo en el cual el consumo de cannabis es habitual y periódico. Asimismo sentí el rigor de la ilegalidad y la penalización-persecución de nuestros actos pacíficos. La batalla por la “tenencia legal” es añeja y permanente. Quizás mi largo proceso legal -a propósito de preconizar el uso de sustancias prohibidas- haya sido mi cuota de colaboración para que el asunto sea contemplado de una forma más benévola o racional. No soy el factotum de la apertura sin embargo soy un infractor permanente que hizo justicia, exagerando un poco.

P. Nobel para Dylan…

R. Finalmente se lo dieron y ni siquiera ofreció un discurso. Me parece bien que se haya mantenido en un plano discreto a propósito de un premio aunque sea el más prestigioso del mundo junto con el Pulitzer. No deja de ser un hombre empuñando una guitarra y ganando el premio Nobel de literatura. Bob Dylan es elocuente, inteligente y muy buen conocedor de la música que representa su influencia, considerando lo cual es posible que su reciente disco triple sea una forma de agradecer a las fuentes.

P. Una de sus últimas entradas en el blog es sobre Julio Iglesias, ¿cómo ha sido la experiencia?

R. Formidable. Pude conocer a Julio Iglesias en persona, me invitó con una cena regada con un vino sudafricano exquisito. Julio es todo lo que puede esperarse de él, puro encanto, inteligencia, picardía y generosidad. Cantar en una misma canción es extraordinario, jamás hubiera soñado participar en un disco de Julio Iglesias y me encuentro privilegiado y honrado.

P. Con El Cigala interpretó Los Hermanos, ¿más duetos?

R. Estamos preparando colaboraciones pero de momento preferiría no entrar en detalles porque la producción se encuentra en estado de “secreto sumariaL”… Pero repetimos con Diego, que es más que un amigo. Es un hermano que tengo para la vida y para la música. Y un cantante extraordinario.

P. ¿Cuál es su menú intelectual, por decirlo de alguna manera, qué lee, qué ve, escucha, explora…

R. Llegué leyendo la última novela de David Trueba y tengo libros de Roberto Bolaño y Julián Barnes. Después de pasarme un año entero escuchando el buen hard bop -grabado hace sesenta años- estoy recuperando “el tiempo perdido” volcado con el blues, la salsa buena y el rock…

P. ¿Cómo lleva estar de gira en pleno San Isidro?

R. Hace años que no puedo ver una feria de San Isidro completa. Por lo visto mayo es un mes bueno para irse de gira. Pero estamos volviendo para ver algunos carteles buenos.

P. ¿Cuál sería su cartel ideal?

R. Un mano a mano de Morante y José Tomás en Barcelona o Las Ventas.

P. ¿A quién le gustaría llevar a los toros?

R. Me gusta el callejón pero también el tendido. Como tengo mucho que aprender preferiría que alguien me lleve a mi y me explique los detalles que se me escapan

P. Ha escrito libros, compuesto, grabado… ¿qué le gustaría probar?

R. Mi próximo proyecto es retirarme de las giras arduas y de la necesidad de escribir canciones buenas. Es una fantasía de liberación que podría permitirme descubrir nuevos rumbos musicales o parcelas del pensamiento. Tengo un buen amigo que me insiste en coordinar una revista de “pensamiento de trincheras”, para todo necesito tiempo y tengo todo el tiempo, el tiempo nos dura toda la vida.