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13 de junio:

Caramba. Anoche. lo que parecía un concierto con cierta dificultad para los despliegues vocales y cantorales terminó siendo un destape de algarabía, gracia y sensibilidad potenciada por algunas cuestiones que merece la pena contemplarse: un publico muy volcado que interrumpía las canciones para aplaudir hasta dos veces entre las estrofas y se despidió de pie o sentado prudentemente en los pasillos, y algunos (mas de uno) momentos de gracias cordobesa (la mediterránea provincia argentina) que estaban fuera de guión alguno pero encendieron la mecha de la risa franca que te parte al medio. Mas allá de lo cual con el recital se desarrolló como un torrente de suave espuma interrumpido por la emoción descomprimida en aplauso del respetable y por nuestros arrebatos de humor cordobés, un asunto espontáneo que vino a cuento (mas que probablemente) de la “presentación de los músicos” (espléndidos como siempre), o quizás comentando las evoluciones carnívoras del bufé ofrecido en distintos conciertos del gran Beatle Paul, sin chorizo en Cordoba pero con “cinta de lomo” en el estadio Vicente Calderón. El motivo que haya sido dio pie a dos o tres “series” de agradecidos momentos de risa franca evocando, a duo con Martin, los nombres propios del ingenio mediterráneo argentino. Y fue a los pies del Mediterráneo, si es que el mar evocado por Serrat tiene pies … Digamos orillas entonces. Las del mar que nunca vimos, no anoche por lo menos, ni mientras estuvimos en Valencia esta vuelta. Tiempo suficiente para almorzar “estilo gallego”, probar el sonido y ofrecer el concierto de anoche que, lo dicho, termino en una autentica fiesta y comunión de músicas y aquellas personas que, generosamente, pagan su entrada para sentarse y escuchar nuestro nuevo “invento musical” que resulto en otro éxito en esta gira que no brinda mas que oportunidades para celebrarse a si misma. Digamos que voy templando mis actividades matutinas o matinales. El “jugo de proteínas”, los mates bien cebados, el cuerpo y el cabello limpios y todo en un aceptable orden ordenado que me permita irme de aquí en poco menos de una hora para subir al tren y volver leyendo la buena “biografía propia” de Elvis Costello. Anoche subí al escenario dispuesto a no arriesgar con notas altas que exprimen el sentimiento de una canción en forma de alarde espiritual del canto. Sin embargo descubrí algo que ya sabia: No hay notas sencillas para el cantante. El cansancio hace mella, un aire acondicionado desafortunado imprime ciertos desajustes, todas las notas del canto imprimen compromiso. Y ademas de templar el canto hay que templar las acometidas sensoriales del respetable publico que esta esperando sus melodías preferidas para romper las armonías del silencio. Y eso se agradece al tiempo que hay que moderar los entusiasmos. Para el equilibrio de este concierto y en este tipo de locales que son auditorios preparados para música clásica. Sigo entonces esperando mi hora de volver a Madrid. En un tren cómodo y rápido, entre lecturas. Esta semana que empieza me propongo volver a mis acometidas saludables en forma de gimnasia. No escuchar al cansancio y prolongar el mantenimiento de un cuerpo que agradece un poco de movimiento y resistencia. (…) Leyendo los periódicos virtuales se va haciendo tiempo de despedir a Valencia de nuevo. Hace bastante años que vengo por aquí para tocar. El de anoche fue un concierto muy bueno. Espero llegar con fuerza para sobrellevar los calores y transcurrir hasta el jueves. Otro tren. esta vez a Sevilla, me espera para cantar de nuevo. En esta época del años hay que cuidarse de las inconvenientes ventosidades de los aparatos de aire acondicionado. Me llevo el eco de las risas que dejamos en el escenario anoche.