A pie de elecciones generales

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A pie de elecciones generales

Reggie Workman, corresponsal en Madrid.

 

“Hoy desperté, últimamente me pasa esto de despertarme y temprano, a las ocho de la mañana. Fui a prepararme el termo de mates y, con el día apenas asomando, me senté a leer Plataforma (una novela) y a cebarme los amargos cimarrones. Anoche, y en posición horizontal, me quede viendo un documental sobre los vinos de Jerez y confieso haberme interesado por estos vinos especiales, añejos y diferentes, de la cuna del cante flamenco también cuna del amontillado, el oloroso y el palo cortado. Aunque no soy bebedor empedernido (a decir verdad soy un pésimo bebedor que no sabe apreciar la compañía espiritual de un buen whisky o un vino) prometí intentar con un vino de jerez y ver que sensaciones despierta en mi lengua, mi paladar y mi alma abierta al misterio del palo cortado o lo que me deje recomendar. Ocurre que volví a la cama, respire profundo y a los pocos minutos estaba durmiendo de nuevo. Caramba, mi segundo periodo entre las sabanas se estiro hasta las doce del mediodía.  Entonces fui a comprar el periódico.

Dentro de seis días se celebran elecciones generales en España, después de celebrarse (como corresponde) elecciones regionales, municipales y europeas (las que eligen a los eurodiputados). Algo se presenta distinto en estas próximas elecciones y si digo que “se presenta” distinto quiero decir que “se presenta como distinto”. Por lo general y habitual hay dos partidos que se reparten las mayorías y una fuerza tradicional de izquierda (parlamentaria) que va a llevar diputados al congreso, además de las fuerzas políticas regionales autonómicas que también se presentan en las generales y poblaran el legislativo. Pero considerando la importancia del ejecutivo, digamos que, desde que existe un concierto democrático, el poder (con lo que esto supone) se lo reparten los tradicionales Socialismo Obrero (socialdemocracia liberal europeísta) y el Partido Popular (conservadores) y los representantes parlamentarios en el concierto legislativo. Este año, para variar o para una aparente variación, hay dos “emergentes” en la discordia, dos agrupaciones políticas francamente nuevas, dos candidatos jóvenes que (también se puede interpretar así y siempre según teorías) llegan para prolongar lo que se conoce como bipartidismo aunque pisando fuerte y prometiendo romper con el tradicional matrimonio que gobierna desde hace décadas.

Y me explico: Los dos últimos periodos ejecutivos (periodos de cuatro años, la edad de los toros que se lidian en la plaza) arrojaron sensaciones complicadas para el pueblo (los pueblos), que en el sábado que viene será el pueblo elector. La crisis universal del 2008 derivó en una crisis profunda que afecto la vida laboral, crediticia, los servicios públicos, el concierto tributario y el sustantivo sustento de las gentes; es legitimo decir que entre 2008 y 2012 España vivió su particular infierno social y económico, la clase media soportó el estallido hipotecario y el desempleo. De ahí en mas podrían percibirse ligeros síntomas de recuperación y un auge judicial que señala importantes asuntos de corrupción y lavatorio de dinero que afecta a las mas privilegiadas capas de la sociedad. Se diría que la justicia funciona y es independiente, aunque podría entenderse también que tardaron demasiados años en movilizar los fueros. El poder legislativo funciona bajo una mayoría popular porque las ultimas elecciones, hace cuatro años, arrojaron pésimos resultados para el Socialismo Obrero Español que perdió el electorado “joven y progresista” en las sentadas de indignados de mayo, en Puerta del Sol. De las luminosas catacumbas de la universidad  (la indignación anti sistema. y los congresos regionales) surgen nuevas propuestas con o sin comillas. Los anti capitalistas, los comunistas, los estalinistas bolivarianos, los Reich animalistas, los prohibicionistas y los nuevos moderados.

Se destacan: Podemos, liderados por Pablo Iglesias y su inconfundible coleta (lleva el pelo atado, tuvo a bien quitarse los aretes y siempre esta en mangas arremangadas de camisa) y su equipo de universitarios complutenses, sospechados de politólogos bolivarianos. En este (otro) rincón, el candidato conservador joven, la cara nueva de los moderados: Albert Rivera, de astronómico asenso en los últimos meses de pre-campaña. Podemos fue la revelación de las elecciones europeas y también de las municipales, en donde conquisto parcelas de poder (alcaldes y concejales) con la suma de los votos de los socialistas, a todas luces una alianza para gobernar distritos tan importantes como Madrid, Valencia, Cádiz, Zaragoza, entre otros sitios que ahora mismo no recuerdo. A los observadores espontáneos de la realidad nos llamó la atención el sonoro desacuerdo con la Izquierda Unida de cara a las generales. Algunos somos antiguos votantes de  izquierda y la reunión de los dos partidos de izquierda se nos antojaba natural. El proceso de elecciones internas -o primarias- y el “desahucio” de la Izquierda Unida, que vio disueltas sus opciones de formar un frente de izquierda histórico, no fue del todo encantador, pero Podemos, Iglesias y sus asesores, eligieron la pureza del morado (color emblema del partido) y se presentan a las generales del sábado con su propia boleta sin mas rastros de izquierda que los suyos propios. Ocurre que en España no se celebra una segunda vuelta o Ballotage y los pactos “a toro pasado” son posibles -además de necesarios- para llegar a una mayoría de representantes que permitan formar gobierno. Se podría suponer que, después del sábado y a tenor de unos resultados que desconocemos, Podemos y el Socialismo Obrero sumarian fuerzas, y los populares podrían confeccionar su mayoría sumados los representantes de Ciudadanos, el emergente del emergente Rivera. Algunos habitantes vemos amenazadas nuestras libertades habiendo visto el experimento de los anti-sistema en el poder, la agrupación anti europea CUP sigue siendo llave extorsiva de gobernabilidad y cambio independentista en Catalunya, en Galicia prohibieron la venta de garrapiñada calórica, la alcaldía de Madrid propone el concurso infantil de recolección de colillas de cigarrillos, algunos ediles están enterrados bajo una montaña de tweet políticamente muy incorrectos, en algunos casos anti-semitas o ultra-violentos; el auge de la prohibición frente al de la libertad, y otra serie de medidas (sin mucha medida) que no parece responder a las necesidades de los trabajadores ni del pueblo llano.

Los otros (otros) responden aun indignados a casos de corrupción que están atendidos por los jueces y se aferran a la antigua “superioridad moral” de la izquierda que, todo sea dicho, esta en entredicho en el resto de Europa con disparidad de ejemplos como ser los de Francia o Grecia”.