Muerte y resurreccion de todo. Precios de la gloria.

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Muerte y resurreccion de todo. Precios de la gloria.

Justo antes de subir a tocar nuestro ultimo recital de la gira, el primero en Bolivia en toda mi vida, recibi en camerinos a la viceministra de cultura quien, y en nombre de la republica plurinacional de Bolivia me hizo un especialismo presente, la replica faximil, la copia identica del diario de Ernesto Che Guevara escrito en su rapsodia Boliviana, su diario y su cuaderno rojo, apropiados por sus captores y guardados en el Banco Central. Un morral identico al del Che, y dos cuadernos escritos con su propia letra. No son los originales, pero tampoco se consiguen en la gondola de los supermercados. Bolivia -mortaja del revolucionario argentino- nos hermana en la orfandad, como ocurre con Colombia y Carlos Gardel. La fatalidad nos reune. La gloria la que nos compromete.
La plurinacionalidad boliviana es un concepto profundo que puedo interpretar a la bartola, pero tampoco soy un caido del catre.
Bolivia como refugio de lo autentico, donde los americanos son los originarios que sabe mentar Ricardo Iorio desde su enfoque apasionado.
Pero hay otra plurinacionalidad que presenta las regiones, las ciudades, de Bolivia como islas, cada isla con su clasico de futbol … y con otras pasiones que no termine de entender en 48 horas, ajeno quizas pero nunca ingenuo.
Salimos a cantar y nos recibio el aplauso mas intenso, formidable y persistente que pueda recordar. El ambiente era de gloria pura, de la que se puede ver, tocar y escuchar.
Sabia que Santa Cruz de la Sierra era el lugar donde no tenia que saludar al presidente Evo Morales, podia perfectamente obviar este detalle.
No me permito llegar a un pais -que me espera apasionado- para criticar sus perfiles, pero no pude evitar saludar a la piel del presidente, quise ser un criollo de tez blanca saludando la identidad profunda de un pluripueblo. Y lo hice.
Estaba presentando mis respetos a la America morena, la olvidada, la mayoria.
Incluso torciendo un poco el feeling.
Quise saludar a la piel del pueblo boliviano, aunque Santa Cruz se presento con su propia bandera verdiblanca …
Salude a mi propio respeto.
Rompi la ley primera; no hablar de religion, ni de futbol ni de politica.
En realidad no hable de ninguna de las tres cosa.
Para dejarlo claro, explique mi posicion fundamentada en el respeto.
No conforme pedi un aplauso para mis “huevos morales” … Literal.
Y senti que volviamos a morir un poco con el Che Guevara para resucitar en el Hipodromo de Palermo, nuestra fiesta de fin de curso.
Confieso que salude a la bandera de La Sierra, con detalles de dorado amarillo, los colores prohibidos.
No hubo nada que lamentar y cumplimos al pie de la letra con nuestro
trabajo, asi en lo sutil como en lo escenico.
Todos vemos descarcararse el proyecto de una America no alineada, que propone sus propias reglas. La caricatura es una tentacion elocuente. Nuestra droga es el descontento. El vinculo en hipotecario, es amor es necesidad. Al descontento.
Tan verdadero como el deseo hipotecario de un adicto.
(Los yonquis, como los que voy matando en mis exilios parisinos.)

Algo habia envenenado mi discurso, fue mi penitencia.
No hace falta aclarar nada.
Es un episodio muy intimo que no afecta al extraordinario desempeño de un importante equipo de tecnica, conductores de camion y aeroplano, asistentes, especialista que arman y desarman un escenario tecnologico, hiperconectado a un sonido, unas luces y una pantalla creativa que no pueden fallar, un equipo mixto de producccion que nos permite presentarnos puntuales y sin el mas minimo fallo, nuestros operadores en el escenario y aquellos que amplifican lo que tocamos desde el escenario.

El respetable; un toro de dulce embestida, noble, no abandono por un instante su alegria y su entrega.
Pero un servidor, no puede permitir que la razon le nuble los sentidos.
No durante las dos horas.
Volveria a decir lo mismo mil veces mas
y volveria para callarlo otras mil veces.

Lo mas importante, mi gratitud.
La gloria bendita que el pueblo Boliviano, mayormente el de Santa Cruz de la Sierra, nos brindo a mi y a la cuadrilla

Mañana seran el primero de muchos otros dias.