Setenta veces Moris Biravent

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Setenta veces Moris Biravent

No se cuando perdimos la capacidad de admirar ; pero si llegamos -un buen dia- a recuperar semejante gracia -virtud que nos concede el asombro y nos convierte en pajaros (tripulantes de la humildad de quien goza el beneficio de ofrecer el corazon a un artista para siempre)- que sea hoy, que sea a partir de mañana ; y que sea celebrando la dicha de poder decir que seguimos inspirados por la lirica urbana y el canto varonil; por el verso de puerto porteño madrileño, por el formidable legado musical y humano,
de Moris (Birabent),
que hoy celebra setenta veces su fiebre de vivir.

Te queremos, maestro …
Te añoramos, querido cantor.
Pedazo de rock, de tango de madrid, de cancion ciudadana …
Inventor de este invento.
Capitulo grande de la historia del rock en este idioma.
Beatnik y rebelde, oso en libertad, muchacho del taller y la oficina, mendigo de Dock Sud …
Esto sigue yendo para atras,
pero seguire buscando cuarenta millones al final del arco iris …
Sentado en la mesa de un bar, mirando la gente pasar …
Hasta que la vida.

Yo te hago un monumento …

http://www.youtube.com/watch?v=iZwiQ_8k5R8

Segunda !

Invitamos a Moris a cantar con nosotros en Cemento. Javier Martines y Los Perros (de Gabriel Carambula) eran de la partida. Ensayabamos en Ravignani, en salas siamesas, vecinos y frecuentes de La Blusera y Los Perros ; Moris llego una tarde acompañado por su primogenito Antonio, que era un adolescente y arrastraba una valija llena de cables y artefactos.
Ensayamos un rato y Moris enchufo un grabador a cassete, para “no gasta cartuchos de feeling” y que los demas toquemos escuchando el canto grabado … Tarea ciertamente imposible con el volumen y el tipo de monitoreo sencilllo que teniamos en el local. A Cemento llego con una alfombra de goma para instalar debajo de su pie de microfono, que era una T para cantar con dos micros … un cantante y dos microfonos.
No se si el intento prospero, pero Moris se metio Cemento en el bolsillo; dio una clase magistral de rock varonil y acelerado, elegante y muy bien cantado; un repertorio inoxidable y perfecto que resumio en las pocas, pero mas que suficientes, canciones que nos brindo aquella noche. Javier Martinez no fue menos, desde una bateria zurda, cantando “Despierta Juan” … Los fundadores de un movimiento ahora conocido como EL Rock, veinte años despues, rompiendo el cemento de Cemento.
Nos veiamos bastante con Moris por aquel entonces, y el ya tenia una amistad con Ariel de los años en Madrid, y tambien se conocian con Gringui, aunque menos. Tenia un local permanente en los prehistoricos estudios TNT en donde experimentaba, casi siempre solo, con ritmos y compases, a fuerza de cafe y conviccion cientifica, y rockera. Una vez volviamos caminando por las calles que separan los dos Palermos, que entonces se llamaban Palermo y Palermo viejo. Llegamos a la esquina de Serrano y Charcas y me señalo una cabinas, de aquellas donde uno podia escuchar un disco antes de elegir comprarlo. “Hace treinta años escuche, ahi, el primer disco de rock´n´roll (Elvis, supongamos), entre con un redoblante y me puse a tocar con la musica “…. La semilla.
Porque Moris, que hoy cumple setenta, es un pionero, un fundador libre, el autor de discos inoxidables y hermosos, desde “Rebelde” (Beatniks), 30 minutos de Vida, Ciudad de Guitarras Callejeras y Fiebre de Vivir (ya en Madrid), sin incluir (en esta demasiado resumida lista) su vuelta al rock´n´roll conquistador y su mas reciente disco de tangos electricos, ni su disco de cancion de dinastia Biravent.
Resulta que en Madrid, no hay musico que no sepa contar anecdotas de Moris, de su extraña locura , de sus maneras particulares de ser y hacer … particulas particulares del Moris Biravent Personaje.

Caminabamos por las calles que separan Palermo de Palermo …
Moris con mocasines sin medias y una campera pre washed.
Rock de galanes.

Facilmente se olvida el pueblo de sus artistas. El pueblo, el pais, el establishment, la patria opinadora, la industria desilachada … a quien le corresponda el palo. Y perdemos la capacidad de admirar, y perdemos asi un pedazo de corazon.
Moris, esto sigue yendo para atras, pero te recordamos en las dos orillas, en donde te esperamos para darnos un abrazo, escucharte, conversar y escribir, sentados en la mesa de un bar y mirando la gente pasar.
Esperando todo, esperando nada.

Va por usted, maestro.